Cómo cultivar el altruismo sexual
Según la Real Academia Española (RAE), el altruismo se define como “Diligencia
en procurar el bien ajeno aun a costa del propio” y “Fenómeno por el que algunos
genes o individuos de la misma especie benefician a otros a costa de sí mismos.
Así pues, la persona que es altruista es aquella que se dedica a los demás sin
recibir nada a cambio. No obstante, esta actitud, a veces, puede provocar quejas y
reproches hacia los demás porque, al dar sin recibir nada a cambio, puede activar
nuestras heridas de infancia de abandono y rechazo.
En este sentido, es bueno reconocerlo y aceptar nuestros miedos.
Para ello puedes preguntarte ¿soy yo quién necesita la atención? Si es así y lo que necesitamos, por ejemplo, es que nos abracen y besen, podemos ser nosotros mismos quien abracemos y besemos para encontrar en estos actos el placer y el gozo y darnos así lo que realmente buscamos y necesitamos.
En el ámbito de la sexualidad pasa lo mismo.
Esto puede tener consecuencias negativas, puesto que tu sexualidad puede verse
afectada, porque a la larga puedes llegar a ver el sexo como una obligación.Y no
tienes que vivir el sexo para complacer, sino para complaceros.
Como bien dice la psicoterapeuta Nilda Chiaraviglio “El sexo por tarea mata el erotismo”.
Esta afirmación, debe ser el empujón que nos permita propiciar un encuentro amoroso real, sincero y sobre todo, sin presiones.
¿Cómo podemos lograr un altruismo sexual sin caer en el error de que el placer del otro sea lo único importante?
Aunque parezca contradictorio, lo primero que debes hacer es empezar por satisfacerte a ti mism@.
Para ello debes sentirte bien contig@ mism@, en tu relación. De este modo, al mantener tu singularidad e individualidad, podrás establecer un espacio común para vosotros.
Una comunicación honesta, empática, sin juicios, os permitirá profundizar en
vosotr@s mism@s y en el/la otr@ siendo capaces de generar un espacio de intimidad emocional y física, y, en definitiva, descubrir una sexualidad más auténtica y conectada a los propios valores.
Así pues, para llegar a este punto de conexión es importante tener claro que el
altruismo sexual lleva implícito cierto egoísmo sexual positivo, mediante el cual, cada uno de los miembros de una pareja —eventual o recurrente― ha de buscar primero su goce personal para lograr un goce conjunto y evitar así caer en quejas y reproches.
Cuando somos capaces de centrar la atención en el momento presente, silenciando
pensamientos que nos distraen, dejando de lado las expectativas y conectando con
nuestra propia esencia y la del otr@, podemos disfrutar de unas relaciones sexuales
plenas.
Por tanto, ser altruistas guarda muchos puntos neurológicos en común con hacer ejercicio… o mantener relaciones sexuales satisfactorias.
No es de extrañar que también se haya obtenido evidencia científica de que las personas que muestran empatía y generosidad resultan más atractivas sexualmente.
Así pues, la idea de que en cualquier intercambio sexual es recomendable un cierto grado de altruismo, en el fondo, sigue redundando en tu propio beneficio individual, ya que te hará más deseable, te proporcionará un mayor disfrute de la experiencia y, en caso de que te halles en una relación de pareja estable, reforzará vuestros lazos afectivos y vuestra conexión emocional.
¡No lo dudes y practica el altruismo sexual por ti y por tu pareja!
Artículo de Emma Ribas
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